Hemorroides, el tema tabú: ¡no se quede sentado!
¿Qué son las hemorroides?
Ante todo una cosa: todos tenemos hemorroides. Así se denomina el cojín de vasos sanguíneos situado en la salida del intestino recto, cuya función consiste en la hermetización fina del ano. Esto es, sirven de apoyo a los esfínteres y facilitan la continencia fecal. Sin ellas no seríamos capaces de controlar nuestra defecación. Este cojín de vasos sanguíneos puede hincharse y encogerse. Cuando el recto está lleno este cojín recibe el riego de mucha sangre y se hincha. ¿Cuánto tiempo dura hasta que las hemorroides se deshinchan? Esta zona, en condiciones normales, se relaja de nuevo nada más deponer, el cojín se contrae y por él circula menos sangre. Hasta aquí todo correcto.
Sin embargo, cuando el tamaño de este cojín de vasos sanguíneos aumenta de forma duradera hablamos de un padecimiento hemorroidal, y se producen las típicas molestias, como por ejemplo la salida de secreción del ano y, posteriormente, el prurito y el ardor.
No avergonzarse sin motivo
Lamentablemente, las hemorroides siguen siendo en nuestros días un tabú. Por ello los afectados suelen ignorar el problema hasta que las molestias se vuelven serias. Así, sólo un 4 % de todos los afectados acude a un médico de su confianza, el resto está de viaje en misión secreta. ¿Creen ustedes que la táctica del avestruz es la buena? Sin embargo, aquí hay que dar la mala noticia: Si no hacemos nada, nos enfrentaremos a una serie de realidades desagradables, pues este padecimiento suele ser progresivo. El fragmento de piel que cuelga por fuera supone además un inconveniente masivo desde el punto de vista de la higiene, y puede provocar inflamaciones. Si, además, esta zona recibe un exceso de fricción la piel del ano, ya irritada desde un primer momento, sufre daños aún mayores, y se producen las dolorosas fisuras anales (enlazar). A su vez éstas son un magnífico criadero para bacterias y gérmenes. Y cuando éstos acceden por primera vez a la herida abierta, no hay mucho de qué reírse.
Muy importante: Las hemorroides hipertrofiadas son un problema muy extendido. Desde un punto de vista estadístico casi el 70 % de los adultos en los países industrializados se ha visto afectado al menos una vez en la vida.
Grabación de vídeo
¿Qué aspecto tienen las hemorroides?
El aspecto actual de las hemorroides depende totalmente del nivel de gravedad de la enfermedad.
Hemorroides de 1er grado
En el nivel de gravedad 1 su tamaño ha aumentado sólo ligeramente, y el paciente tiene sólo molestias ligeras, o incluso, en su caso, no se ha enterado de nada.
Hemorroides de 2º grado
Si las hemorroides sobresalen durante la deposición y se vuelven a contraer después, hablamos del nivel de gravedad 2.
Hemorroides de 3er grado
Hablamos de nivel de gravedad 3 cuando las hemorroides en prolapso después de la defecación no retroceden ya por sí mismas, y se tienen que empujar manualmente para introducirlas en el ano.
Hemorroides de 4º grado
El asunto es todavía más desagradable en el caso de las hemorroides de 4º grado: Aquí las hemorroides se encuentran en prolapso total y tampoco se pueden ya introducir a presión en el conducto anal. Esto provoca su compresión en el ano, lo que las hace hincharse aún más, provocando a su vez fuertes dolores. Como más tarde éste es el momento de ir a buscar al médico.
Causas de las hemorroides
¿Cómo se forman las hemorroides?
En este punto la discusión se centra en varios factores de riesgo. Se responsabiliza de esta condición al sobrepeso, a la nutrición carente de fibra, la falta de movimiento o también a debilidades del tejido conjuntivo innatas o provocadas por la edad, pero también al levantamiento de cargas pesadas, diarreas frecuentes o al abuso de los laxantes.
Otra causa posible de las hemorroides es el embarazo. En concreto, el aumento de peso que éste conlleva, y el ascenso de la presión resultante en la zona del vientre obstaculiza el retorno sanguíneo de los cuerpos esponjosos. Por ello las hemorroides se atribuyen sobre todo al empuje ejercido al defecar heces más duras, esto es, a la presión de aquí resultante, como ocurre, por ejemplo, en casos de estreñimiento crónico.
¿Sabía usted que también los niños pueden sufrir de hemorroides? Aquí el motivo suele ser el estreñimiento.
Hemorroides: síntomas
Sangre en las heces
Si las hemorroides presentan síntomas éstos no suelen ser muy específicos, y apenas se diferencian de otros padecimientos proctológicos. No obstante, uno de los primeros indicios fundamentales es la sangre en las heces o en el papel higiénico, pues las hemorroides suelen sangrar después de la defecación. El motivo es que el aumento de la compresión supone una mayor acumulación de sangre en los vasos sanguíneos. Habitualmente las hemorroides sangran menos en el estadio inicial, y lo hacen con más fuerza con la enfermedad avanzada. Como más tarde éste es el momento en que se requiere la visita al médico.
Pero ¡atención!: el color de la sangre es decisivo. Las hemorroides sangrantes dan una sangre de un rojo claro; tan pronto como se ve sangre oscura hemos de pensar en otras enfermedades del tracto intestinal.
Picazón – Prurito en el ano
También es típica de las hemorroides una picazón. Pero ¿por qué pican las hemorroides? Como las hemorroides han perdido su capacidad funcional, el ano deja de ser completamente estanco, y se produce una salida de líquidos y restos de heces hacia el pliegue anal. A largo plazo éstos irritan y dañan la piel circundante, y se produce una molesta picazón (prurito anal).
¿Es esto exactamente lo que le molesta? Al blog sobre el prurito anal se va aquí.
Otros síntomas del padecimiento de hemorroides
El ardor en el ano, la sensación de cuerpo extraño, humedades, salida de flujo mucoso, piel escoriada en la zona del ano, abombamientos palpables o una sensación de presión en la zona del recto son otros síntomas acompañantes de esta desagradable enfermedad.
Ciertamente, la diarrea no figura entre las molestias típicas, pero en el curso de la enfermedad se puede llegar a la incontinencia fecal, porque el ano no ejerce ya su función de hermetización.
Dolor
En cambio, un síntoma más bien atípico de hemorroides es el dolor. Éste aparece – si lo hace – sólo con hemorroides fuertemente avanzadas (nivel de gravedad 4).
Atención, riesgo de confusión: En caso de dolores punzantes en la zona del ano podemos estar también ante una trombosis perianal, un nódulo en la periferia anal, a menudo de tonalidad azulada y de tamaño entre un guisante y una ciruela, denominado a veces “hemorroide externa“, que se forma con una rapidez extrema. Como ocurre con las hemorroides auténticas, éstas se producen por coágulos de sangre, si bien aquí se ve afectado el plexo venoso situado en torno al ano. Normalmente este nódulo desaparece sin intervención exterior, y sólo los ejemplares mayores exigen la labor del cirujano.
¿Qué hacer en caso de hemorroides? ¿Cuándo ir al médico?
Si usted cree sufrir de hemorroides debería visitar a un médico a la mayor brevedad posible. Pero ¿qué médicos tratan las hemorroides? Los especialistas en hemorroides son sin duda los internistas o los gastroenterólogos, y aún más especializados están los proctólogos, que se ocupan exclusivamente de los molestos asuntos del intestino recto. Después de una anamnesis exhaustiva, en la que el médico se informa sobre la frecuencia de la deposición y sobre los hábitos alimentarios, se suele efectuar una inspección de la zona anal y una proctoscopia, esto es, una exploración del recto. En algunos casos puede estar indicada también una colonoscopia, para excluir también, eventualmente, otras causas de la hemorragia.
¿Qué nos ayuda contra las hemorroides?
Afortunadamente, si queremos hacer algo contra las hemorroides hay diferentes métodos terapéuticos, según el nivel de gravedad de la dolencia. En estadios más leves se piensa en remedios caseros y medicamentos de efecto local, o también en criocirugía o desecación. Sólo cuando ya no funciona nada se aplican procedimientos quirúrgicos. Muy importante: Con esta enfermedad es de suma importancia limpiar el ano después de la deposición tan minuciosamente como sea posible, con el fin de limitar la aparición de secuelas patológicas.
Higiene anal optimizada – prevenir y aliviar con ProctyClean®
Con dolencias de hemorroides la higiene anal minuciosa adquiere una importancia enorme. Ciertamente, ésta no mejora las hemorroides propiamente dichas, pero reduce de forma definitiva la aparición de secuelas patológicas, las que realmente nos complican la vida. Como ya hemos dicho, con unas hemorroides abultadas el ano pierde estanqueidad, y los restos de heces y líquidos pueden llegar a la zona exterior. Las sustancias irritantes que éstos contienen perjudican la piel delicada de la zona que nos ocupa, y pueden producirse inflamaciones, prurito e incluso un molesto eczema anal. Pero cuidado: Tampoco se trata de cepillar periódicamente nuestras posaderas con jabones y lociones de lavado agresivos, pues los componentes de éstos nos llevan a veces de mal a peor. Además, los métodos convencionales nos proporcionan sólo el tratamiento de la zona exterior del ano.
Con el bastoncillo de higiene íntima ProctyClean® se limpia precisamente en el lugar de procedencia de los materiales irritantes; en concreto, en el conducto anal. Para ello se requiere sólo una aplicación de entre 1 y 3 minutos – a ser posible después de la deposición. ProctyClean® retira casi en un abrir y cerrar de ojos los restos de heces del extremo del conducto anal y de los sensibles pliegues cutáneos del ano. Éstos ya no pueden salir hacia fuera y usted se siente limpio. Y de hecho se queda limpio.
Tratamiento de las hemorroides con medicamentos: ¡detente, dolor!
Los medicamentos de aplicación local pueden servir de ayuda en cualquier estadio de la enfermedad; algunos tienen efecto antiinflamatorio, otros anestésico a nivel local. Las pomadas se extienden en el ano de forma muy sencilla mediante un aplicador. Quien no guste de este procedimiento puede empapar una tira absorbente con la pomada y utilizar aquélla como compresa higiénica. Algunas sustancias activas tienen un efecto local en el formato de un tampón anal.
En este punto hay que tener en cuenta que los medicamentos se limitan siempre a aliviar los síntomas, y que las posibles causas de la irritación (restos de heces, etc.) siguen esperando como hasta ahora en la antesala. Por ello debería limpiarse en un primer momento, antes de la aplicación de un medicamento. ¿Quién va a aplicar un apósito o una pomada sobre una herida sucia?
Pomadas para hemorroides
Para inhibir la inflamación y aliviar el dolor las farmacias ya están llenas de pomadas para hemorroides, de pastas y supositorios. Decida acerca de su uso siempre consultando con su médico. Las sustancias activas que inhiben la inflamación son el zinc, el pantenol o también sustancias vegetales como hamamelis o aloe vera, de uso comprobado sobre irritaciones cutáneas o zonas de prurito. También dan buenos resultados las pomadas que contienen cortisona, o que contienen, p. ej., prednisona o hidrocortisona acetato. Estas sustancias activas especiales inhiben el sistema inmune y actúan así en contra de la inflamación. Pero atención: no se debería aplicar cortisona durante mucho tiempo, pues la consecuencia puede ser una atrofia de la piel o una infección de hongos.
Anestésicos locales
Los anestésicos locales tienen la ventaja de que duermen correctamente a nivel local la zona afectada, y que los afectados pueden, por fin, respirar libres de dolor. Pero lamentablemente los anestésicos locales como, por ejemplo, la benzocaína y la lidocaína sólo se pueden aplicar durante un periodo breve, pues a medio y largo plazo pueden provocar alergias.
Desecación de hemorroides, criocirugía o ligadura
En los niveles de gravedad 1 ó 2 varios procedimientos mínimamente invasivos pueden suponer una ayuda. Así, por ejemplo, la desecación, en la que el médico inyecta una sustancia constrictora del tejido en los aflujos vasculares de las hemorroides. Los vasos sanguíneos reducen su tamaño y se retraen volviendo al interior del recto. Existe también una desecación por medio de irradiación con luz infrarroja, pero este método se considera menos eficaz. Algunos médicos utilizan el método de la criocirugía (óxido nitroso, nitrógeno líquido). Pero también este método es controvertido, porque el éxito no se logra siempre.
En cambio tiene un alto porcentaje de éxito la ligadura de las hemorroides, con banda elástica. El método se suele aplicar con nivel de gravedad 2, a veces también 3.
Y funciona así: El médico estrangula los nódulos hemorroidales por medio de una banda elástica. Así se puede interrumpir el flujo sanguíneo y necrosar el tejido. La hemorroide se desprende finalmente en un plazo de entre una y dos semanas, y se excreta de forma natural. Suena horroroso, pero es muy efectivo y casi indoloro.
Operar las hemorroides: La suerte está echada – cuando ya no funciona nada
El último recurso, es decir, cuando el padecimiento ha alcanzado los grados 3 ó 4, es la extirpación quirúrgica de las hemorroides. En la jerga de la especialidad se habla de hemorroidectomía, que puede afectar a segmentos concretos (segmentaria) o efectuarse en forma circular. El tejido se puede retirar con unas tijeras, con un escalpelo o con láser. Con algunos procedimientos la herida se mantiene abierta después de la operación, y con otros se cierra total o parcialmente.
El método que se aplica finalmente se decide siempre a nivel individual, y depende de forma decisiva del nivel de gravedad y de la ponderación de riesgos contra beneficios. Un método conocido desde 1998 es, por ejemplo, la operación de grapadora según el Dr. Longo, considerada especialmente indolora. El método es la elección óptima para hemorroides de 3er grado. Aquí las hemorroides se eliminan con un aparato de sutura por grapas (grapadora), y los bordes de la herida se sujetan con grapas. No obstante, debido a un mayor riesgo de recaída en caso de hemorroides de 4º grado, se siguen prefiriendo otros métodos quirúrgicos.
Hemorroides, remedios caseros
Si usted desea aplicar remedios caseros para el tratamiento de sus hemorroides, sólo podemos recomendarlos en los dos primeros estadios. Aquí se aplica, no obstante, lo siguiente: ¡Conserve su sentido crítico! Algunos remedios caseros se publicitan casi como la panacea; pero su efecto deja a menudo mucho que desear, o se consigue sólo a corto plazo.
Hemorroides y baño de asiento
Hay una hierba contra cualquier padecimiento, y este principio se cumple también para las hemorroides. Por fuera se pueden utilizar baños de asiento relajantes con extracto de corteza de roble, capaces de reducir el prurito en la zona exterior del ano. También el hamamelis, la milenrama, la cola de caballo, el meliloto y la manzanilla actúan como relajantes de la piel. Como sustituto lugar de un baño de asiento se puede encontrar alivio con compresas de té negro. Merece la pena consultar estas iniciativas propias con un médico o un farmacéutico, pues también los aceites esenciales pueden volverse problemáticos para zonas de la piel irritadas.
La importancia de la nutrición para las hemorroides
Para las hemorroides la nutrición correcta es el alfa y omega. A fin de cuentas, en estos casos la a (anal) y la o (oral) dependen uno de otro mucho más de lo que se piensa. Por tanto, determinados alimentos ayudan a eliminar las oportunidades concedidas a las hemorroides. En este sentido es especialmente importante una nutrición rica en fibra, para producir unas heces blandas y dúctiles. Se pueden recomendar los productos de grano integral, las legumbres, mucha verdura y fruta y también tipos especiales de cereal puestos en remojo, como salvado de trigo, linaza o llantén de la India. También tienen un efecto laxante, y por tanto regulador de las heces, el chucrut y los frutos secos puestos en remojo.
No hay que olvidar la importancia de beber en cantidad suficiente, pues la fibra necesita mucha agua para hincharse debidamente. En general se deberían ingerir al día entre 1,5 y 2 litros de líquido. De este modo las heces se ablandan y necesitamos empujar menos.
Y por último, pero no por eso menos importante: Se ruega evitar los alimentos astringentes como té negro muy posado, arándanos, plátanos y manzanas rallados y – por más rabia que nos dé – el chocolate y el cacao. También las sustancias excitantes como el café y los alimentos muy especiados se deberían reducir o suprimir completamente.
¡Ejercicio, ejercicio, ejercicio!
Como ya hemos dicho, el sobrepeso y la falta de ejercicio se consideran factores de riesgo para sufrir de hemorroides. Y una buena función intestinal tampoco es posible sin movimiento; a fin de cuentas, el hombre no nace para estar sentado. Así pues, sea usted más listo que estos molestos colgantes, enfréntese a sus propias debilidades y muévase.
Ya sea un paseo periódico, relajadamente, una sesión de jogging, natación o bicicleta, el movimiento estimula su digestión, mejora el riego sanguíneo y, por tanto, el drenaje de la sangre de los vasos sanguíneos de las hemorroides. Y como efecto secundario positivo también se funden nuestras reservas de grasa no deseadas. Así pues, una situación de ganancia para todas las partes.
Sin embargo: El entrenamiento de fuerza (p. ej. el levantamiento de pesos), la carrera de maratón o las modalidades deportivas con muchos saltos (tenis, squash) resultan aquí contraproducentes. Cada gesto de pisar o de detenerse con fuerza sobrecarga el suelo pélvico, y por tanto también los vasos sanguíneos en la zona anal.
Visita al retrete cómoda e higiene anal óptima con ProctyClean®
Está claro que las hemorroides se producen por una presión excesiva durante la defecación. Esto ocurre sobre todo cuando las heces son demasiado duras. Para que las heces se vuelvan blandas y untuosas y se evacuen rápidamente se necesita una alimentación equilibrada. Pues cuanto menor sea la presión, menos oportunidades de crecimiento damos a las hemorroides.
Además es muy importante tomarse el tiempo suficiente para la deposición y relajarse durante el trámite. No obstante, los proctólogos desaconsejan unas deposiciones demasiado copiosas. Éstas provocan un empuje involuntario, que aumenta la presión sobre el recto y empeora la situación vascular en esta zona.
También es importante una buena posición de asiento: Aquí se trata de permitir una curvatura correcta del recto, para descargar del mejor modo posible el cojín de vasos sanguíneos rellenos de sangre. Y aunque suene extraño: El planteamiento de horas fijas para acostumbrar al intestino a un ritmo regulado, ha demostrado también su eficacia.
Por otra parte: el aplazamiento de la visita al retrete es inaceptable. La retención lo único que consigue es aumentar la dureza de las heces.
Después de la deposición es importante limpiar minuciosamente la región del ano y el propio ano. Este proceso se efectuará a ser posible con agua tibia. No hay que olvidar el secado con paños o papel higiénico suaves; en este proceso evitaremos un frotamiento fuerte.
Para los periodos de viaje las toallitas húmedas son una opción seductora, pero deberíamos descartarlas siempre porque suelen contener sustancias aromatizantes o conservantes. Aún así, si no quiere renunciar a la limpieza con agua de los bajos fondos, es mejor recurrir a la ducha manual o al bidé móvil, que ya se consiguen en muchas droguerías.
Con el bastoncillo de higiene íntima ProctyClean® usted consigue, si padece hemorroides, una higiene anal óptima e impide la aparición de secuelas patológicas debidas a la salida de restos fecales o de líquidos. ProctyClean® trata el problema desde las causas: El bastoncillo de higiene íntima ProctyClean®, humedecido con un aceite de vitamina E respetuoso con la piel, se introduce cuidadosamente en el conducto anal, de donde retira, con movimientos suaves, los eventuales restos de heces. También se retiran de este modo los que pudieran estar en los pliegues cutáneos finos del ano. Todo el proceso de lavado se realiza de forma ideal una vez al día, en la ducha, y sólo dura unos pocos minutos. Detrás quedan un conducto anal limpio, un ano limpio y, por supuesto, una zona anal limpia para una gran sensación de limpieza todo el día. La higiene anal perfecta limita los problemas.
Los laxantes, ni tocarlos
Hay que cortarse: Por más atractivos que parezcan, más aún cuando la defecación puede ser especialmente dolorosa con un padecimiento de hemorroides, hemos de evitar la ingesta de laxantes. Éstos se deberían aplicar sólo después de consultar con el médico. Una ingesta prolongada, en efecto, hace al intestino perezoso y vuelve a provocar el molesto estreñimiento. Los episodios de diarrea recurrentes debidos a los laxantes reducen además la función del esfínter; y de este modo entramos, de forma garantizada, en terreno problemático.
También hemos de ser precavidos con métodos que prometen alivio sin decirlo claramente. Así, las lavativas, enemas y duchas anales perjudican notablemente la mucosa y la flora del intestino, y también el delicado anillo de las hemorroides. Así pues: lavar sólo con prescripción médica. Además, estos métodos sólo se pueden utilizar ocasionalmente, y a veces provocan realmente el molesto goteo continuo de líquidos. Y usted quería limpieza todos los días, ¿no?
Queda claro que: ProctyClean® elimina la causa antes de que aparezcan los síntomas, y ello sin irritar el intestino de forma innecesaria. Es suficiente con una aplicación diaria en pocos minutos. ¿Quiere probar ahora mismo la sensación de limpieza? El proceso del pedido comienza aquí.